¿Has ganado kilos y sientes pesadez e hinchazón? Quizás retengas líquidos. Ana Mª Imedio, directora general de la Clínica Medizen, nos aconseja en el uso de las mejores plantas venotónicas y antioxidativas para combatirlo con éxito.
Qué es y cómo elegir
Las causas del edema pueden ser hepáticas, renales o circulatorias. El exceso de sodio, estar de pie, no moverse y la mala alimentación lo empeoran. Consulta con el especialista si estos remedios naturales son adecuados para ti, sobre todo durante el embarazo o la lactancia, o si sufres insuficiencia renal o hepática.
Arándano o mirtilo
Su elevado contenido en antocianos tiene importantes propiedades antioxidantes y vasoprotectoras. Además, cuida de las paredes venosas gracias a la vitamina P, reduciendo su permeabilidad. Se usan sus frutos y hojas, pero estas últimas presentan propiedades hipoglucémicas, así que ojo con la diabetes.
Rusco
Contiene ruscogenina y flavonoides que mejoran la resistencia vascular, disminuyendo la permeabilidad capilar. Proporciona una potente acción antiinflamatoria, que reduce visiblemente el edema. No debemos consumir rusco más de tres meses seguidos, ni durante el embarazo o la lactancia.
Vid roja
Su alto contenido en proantocianidina lo convierte en un gran antioxidante, y también cuenta con un alto índice de antocianos y taninos en sus hojas, lo que le confiere propiedades venotónicas y vasoprotectoras. Reduce la permeabilidad vascular y el edema y tampoco debe tomarse más de tres meses ni durante el embarazo o lactancia.
Castaño de indias
Sus semillas contienen mucha aescina, un potente agente vasoconstrictor y antiinflamatorio, y su corteza un alto contenido en taninos y cumarinas, grandes venotónicos anticoagulantes. Si ya los tomas debes evitarlo, como las embarazadas o los que padecen insuficiencia renal o hepática.
¿Y si me paso?
Al tratarse de sustancias con beneficios medicinales, Ana María nos recuerda la importancia del contenido y proporción de los principios activos. Recomienda que, además de las infusiones, valoremos fórmulas farmacéuticas como cápsulas, comprimidos o disoluciones. Estos formatos son más sencillos y prácticos de consumir, acertando las cantidades correctas sin riesgo.