Desde ya hace unos años los hombres muestran mayor interés por el cuidado de su cuerpo. Decidieron seguir la tendencia estética, tanto tiempo liderada por las mujeres, y parece que han encontrado la clave para sacar partido a su belleza. De todas formas, aún tienen mucho que aprender (no más que las mujeres) para conseguir una piel sana que, al fin y al cabo, es la base de una dermis radiante.
La limpieza facial es uno de los pasos fundamentales en el cuidado cutáneo. Sin embargo, las estadísticas revelan que tanto hombres como mujeres desconocen u olvidan este hábito, que debe convertirse en rutina diaria si deseamos tener una piel saludable y sin imperfecciones.
En el cuidado de la piel, la limpieza constituye la fase inicial que prepara la dermis para absorber los principios activos y nutrientes que aportamos al rostro mediante los cosméticos. Si los poros están obstruidos, difícilmente nuestra piel podrá beneficiarse de las propiedades de los productos hidratantes o antienvejecimiento que aplicamos diariamente.
Lavar la cara con agua no es suficiente para eliminar la suciedad medioambiental, la grasa o el sudor que se deposita sobre ella. Para acabar con las impurezas, es necesario emplear algún producto que al contacto con el agua, favorezca la disolución de la grasa de la piel y la suprima para dejar la dermis libre de impurezas.
Existen multitud de productos limpiadores en el mercado (leches, tónicos, jabones, espumas,…) pero los de uso común entre el público masculino son los jabones y syndets, y los exfoliantes.
La piel de los hombres, a diferencia de la femenina, tiene más grosor y cuenta con mayor cantidad de glándulas sebáceas, por lo que es más grasa. El empleo de jabones en este tipo de piel es muy aconsejable porque el cutis seborreico es más tolerante al uso de jabones, que una piel más fina como pueda ser la femenina. Además, no aporta nada de grasa, un factor muy apreciado por los varones, que suelen rechazar los productos untuosos.
Cuándo realizarse la limpieza
Tanto hombres como mujeres prefieren la mañana para limpiar e hidratar la piel de su rostro. El porcentaje de personas que repiten esa operación por la noche es muy reducido y se trata, sobre todo, de mujeres.
Los hombres parecen estar poco habituados a la limpieza nocturna, a pesar de su importancia. Los especialistas dermatólogos aconsejan limpiar la piel dos veces al día: por la noche, para eliminar la suciedad de los agentes medioambientales y el sudor y, por la mañana, para acabar con la grasa producida mientras dormimos y refrescar el cutis.