Se acerca la Navidad. De hecho la televisión, la música en las calles y la decoración navideña por doquier nos llevan dando señas de ello desde hace semanas. Como ya es habitual, durante estas fechas las cenas y comidas se multiplican y, sin querer, perdemos el control con la cantidad y variedad de alimentos que ingerimos. Aspecto especialmente importante cuando hablamos de niños.
Al igual que pasa en verano, en Navidad debemos prestar atención a la alimentación de nuestros hijos, y más aún, teniendo en cuenta la cantidad de reuniones familiares de estos días donde se come en exceso. Quizás no seamos del todo conscientes, pero si hacemos la vista gorda con lo que comen los más pequeños de la casa en estos días, pueden correr el riesgo de intoxicarse debido al exceso de comida o a la combinación de ella.
Lo ideal en estas fechas es buscar un equilibrio en la dieta navideña, por lo que es importante seguir algunos consejos durante estos días:
- Frutas. Cinco porciones de frutas al día como alternativa de postres (pinchos de uvas o fresas con queso), según recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.
- Proteínas. Igualmente, fuentes de proteína como lácteos y sus derivados, huevos bien cocidos, carnes magras y frescas, pollo sin piel y pescado.
- No embutidos. Hay que tener cuidado con embutidos mal conservados, salsas ricas en grasa y azúcares en exceso, alimentos recalentados, marisco y frutas y verduras que no se mantienen en condiciones óptimas.
La comida y la bebida no deben ser el centro de las fiestas. Lo importante es compartir con los seres queridos las tradiciones navideñas.
Es indispensable tratar de compensar el exceso de calorías ingeridas en las fiestas con alguna actividad física de grupo (baloncesto, fútbol, voleibol), una caminata, nadar o bailar en las celebraciones.
Es recomendable que los niños no acudan con el estómago vacío a una comida o cena, pues así les será más difícil controlar el tipo y la cantidad de alimentos que ingieren.
El consumo de agua y líquidos bajos en calorías (lácteos descremados, sopas de verduras, zumos naturales…) es esencial. Ayuda a tener saciedad, a estar hidratado y a regular el tránsito intestinal, que puede estar alterado debido al cambio de hábitos alimenticios y al consumo excesivo de grasas.