Por supuesto, puedes disfrutar de ellos durante todo el año, pero el verano es la temporada estrella del gazpacho y el salmorejo. Además, con los picatostes de compañía, son irresistibles.
El gazpacho se ha convertido en un embajador tan grande de nuestra gastronomía que incluso llegó a una ceremonia de los premios Óscar (con Mujeres al borde de un ataque de nervios, 1989). En España, no hacía falta mostrárselo a nadie, porque, junto al salmorejo, es el rey del verano.
Gracias a los nutrientes que incorporan, los gazpachos y salmorejos son grandes aliados para nuestra salud, porque incluyen verduras y hortalizas con propiedades antioxidantes, muy ricas en vitaminas A, C y E.
Pero, ¿sabes en qué se diferencian?
El gazpacho se elabora con hortalizas crudas, generalmente tomate, pepino, pimiento, cebolla y ajo. Muchos incluyen pan. Se le añade agua consiguiendo una textura líquida y apta para beber. El pepino y el pimiento hacen que tenga un sabor muy intenso, así que, tanto si lo preparas en casa como si lo compras ya preparado, puedes hacer una versión más ligera o más intensa según cómo te guste.
Puedes acompañar el gazpacho con picatostes, especias como el comino, frutas, encurtidos, semillas como la chía o frutos secos, entre otros.
El salmorejo se elabora con tomate, ajo, aceite y pan duro. A su preparación no se le añade ninguna otra hortaliza ni tampoco agua, por lo que la textura es más densa y se asemeja más bien a una crema o a una salsa que a una sopa.
Los picatostes son ideales para acompañar el salmorejo. También le queda genial un picadillo de jamón serrano y huevo cocido.
Tanto el gazpacho como el salmorejo son muy nutritivos y una manera perfecta de tomar verduras. Las dos opciones son muy refrescantes e ideales para el verano, sin embargo, el salmorejo es más calórico que el gazpacho.
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