Un huerto urbano es una forma de consumo responsable. Te ayuda a ahorrar, a reutilizar productos y te permite consumir alimentos más naturales. También puede ser un buen ‘hobby’ con deliciosas recompensas. ¿Te animas a poner en marcha uno? ¡Crea un huerto en casa y disfruta de tus propias hortalizas!
Crear un huerto doméstico activa tu cuerpo tanto física como mentalmente. Puede resultarte una gran terapia para el estrés, porque te permite reconectar con la naturaleza y despejar la mente mientras realizas una actividad física al aire libre.
Ubicación del Huerto
Lo primero que necesitas para crear un huerto urbano es encontrar el lugar idóneo para ubicarlo. Es importante que la ubicación que elijas para plantar esté ventilada, reciba luz directa del sol y tenga tierra suficiente para el desarrollo correcto de la planta. En un huerto casero, muchas veces las plantas no están en la tierra, sino que crecen en macetas, en cajones para cultivar o en pequeños maceteros dispuestos en una pared vertical. Un huerto horizontal tiene las macetas o contenedores dispuestos uno al lado del otro y, en un huerto vertical, están dispuestos en pisos. El huerto vertical, además de ahorrar espacio, te permitirá trabajar con comodidad en un espacio reducido. Es recomendable que tengas una toma de agua cerca de tu huerto, para regar con comodidad. También un buen sistema de drenaje que canalice el agua sobrante hacia un desagüe. Si instalas tu huerto en un espacio interior tipo galería (siempre debe tener luz natural), puedes compensar la ausencia de desagües instalando bandejas que recojan el agua del riego sobrante.
Recicla y fabrica tus propios contenedores
Puedes reciclar y crear tus propios contenedores con cajas de fruta o cajones de armarios. Antes de utilizarlos, tendrás que poner malla geotextil para impermeabilizar y evitar que la madera sufra. En el caso de las cajas de fruta, esta malla evitará que el compost salga por las perforaciones de la caja. Este tipo de mallas son de polipropileno, lo que hace que la tierra no se vea afectada por ningún elemento químico ni biológico. Según las dimensiones de tu balcón o patio, tendrás que optar por un tipo de maceta o contenedor diferente para instalar tu huerto. Si te decantas por maceteros, ten en cuenta que los de barro son mejores, porque respetan la temperatura de la tierra. Las jardineras o mesas de trabajo son otras buenas opciones que requieren algo más de sitio. Cualquier contenedor que elijas debe tener entre 7 y 15 cm de profundidad. Esto te permitirá plantar casi de todo.
Elige un lugar que reciba luz directa del sol y asegúrate de tener tierra suficiente para que la planta crezca
- El cultivo y el riego en bancales a media altura es más cómodo.
- Consulta las especies más fáciles para empezar a cultivar tus propias verduras.
- Anímate a crear tus propios contenedores reciclados para cultivar.
Rellena con sustrato y empieza a plantar
El siguiente paso para crear tu huerto urbano es rellenar los contenedores con sustrato. El más recomendado es el compost. Está hecho con restos de vegetales y estiércol triturado, pero no hace mal olor. Durante el año, es recomendable abonar la tierra del huerto añadiendo compost un par de veces, para que el suelo pueda recuperar minerales y nutrientes. Puedes hacer la forma de la siembra directamente con semillas o mediante trasplante. Es común trasplantar en un cajón pequeñas plantas compradas en un invernadero. Si vas a trasplantar, recuerda que, cuando lo hayas hecho, debes regar inmediatamente la planta. El sistema más eficiente para regar un huerto casero es por goteo, ya que permite ahorrar recursos y hacer un consumo más responsable de agua. Cuando empieza a gotear agua del contenedor por debajo, es que ya ha sido suficientemente regado.
Tipos de Plantas
Si eres principiante, lo mejor es elegir plantas que puedan cultivarse todo el año y que tengan un ciclo de crecimiento corto, como las cebollas, la lechuga, las acelgas, los rábanos y el ajo. Así podrás tener una experiencia más satisfactoria, porque verás antes los frutos de tu trabajo, que es lo que más ilusión hace. Entre las verduras más fáciles de cultivar, está el tomate. Necesita mucha luz y regarse un par de veces por semana en pequeñas cantidades. Las zanahorias también son fáciles de cosechar, muy adecuadas para novatos. Pueden sembrarse durante todo el año y crecen sin dificultad. Si dispones de espacio, los pimientos son otra opción. Esta hortaliza se planta en primavera colocando las semillas a unos 50 cm entre planta y planta con riego constante.
Más ideas: las espinacas, las coles y el brócoli crecen fácilmente en cualquier tipo de suelo. Otros cultivos sencillos que podrás usar en tu cocina son los guisantes y las hierbas aromáticas de todo tipo: albahaca, perejil o menta. Todo un reto delicioso y divertido que puedes empezar a poner en práctica para mejorar tu salud y contribuir al medioambiente.
Crea tu propio Compost
El compost es un producto obtenido con distintos materiales orgánicos que puedes generar a partir de tu propia basura. Hablamos de desperdicios de frutas, verduras y cáscaras de huevo (no carne ni pescado). Gracias a la acción de microorganismos y pequeños animales que habitan en la tierra, estos residuos se transforman en compost. El producto final es similar a la tierra, está libre de olores y aporta muchos nutrientes al suelo. Para conseguir compost, solo necesitarás un recipiente que haga de compostadora. También puedes compostar directamente en tus macetas.
Fórmulas para producir compost: crea un huerto en casa y disfruta de tus propias hortalizas
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Reúne desperdicios orgánicos vegetales y haz un agujero para enterrarlos en la tierra. Puedes hacerlo en el suelo, en una maceta o en cualquier recipiente para compostar. Solo tienes que trocearlos un poco con la pala y cubrirlos con tierra. Tardarán 4 meses en descomponerse y convertirse en compost.
- 2
Si quieres acelerar el proceso, puedes triturar los desperdicios en una batidora con un poco de agua. Mezcla la papilla obtenida con la tierra que quieres abonar y cúbrela. Tendrás compost casero en 40 días, solo con el riego habitual. 3 La última opción, y quizá la más cómoda para aplicar a todas las plantas, consiste en triturar añadiendo más agua a los desechos para lograr un residuo líquido. Vierte este residuo en una regadera llena de agua a la mitad. Así obtienes un agua oscura y abonada con la que podrás regar las macetas y contenedores. Los residuos se mezclan con la tierra y se convertirán en abono en 30 días.
¿A qué estás esperando? Crea un huerto en casa y disfruta de tus propias hortalizas.
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