Piernas, tobillos, barrigas hinchadas… Despídete de la retención de líquidos de la forma más natural posible: cuida tu alimentación y corrígelo. En el artículo de hoy te proponemos algunos consejos que te ayudarán. ¡Elimina la retención de líquidos!
Todo el mundo ha sentido alguna vez las molestias de la retención de líquidos. Sensación de pesadez, articulaciones poco flexibles, anillos y relojes que aprietan… Es muy común cuando se está mucho tiempo sin moverse, pero también puede llegar a ser un problema que no desaparece por las buenas.
Lo que se conoce popularmente como retención de líquidos tiene un nombre médico: edema. Es la acumulación excesiva de líquido en los tejidos. Suele concentrarse en las piernas, los tobillos, el abdomen e, incluso, los párpados. También se detecta cuando al presionar una parte del cuerpo queda la marca del hundimiento y tarda en recuperar su aspecto habitual.
La retención de líquidos puede deberse a diferentes causas. Las más graves son las enfermedades renales, hepáticas o circulatorias. Otras son más comunes y más livianas: estar mucho tiempo de pie, la ingesta de algunos medicamentos que lleven compuestos como corticoides o una mala alimentación. Para esta última hay un remedio evidente, que no es otro que el cambio de dieta.
¿QUÉ ELIMINAR?
La sal es la gran enemiga. Como explica la dietista nutricionista Cecilia Montagna en un post de la web de la Fundación Española del Corazón (FEC), “el tratamiento dietético en los edemas consiste en una dieta baja en sodio. Las principales fuentes de sodio son la sal de mesa, los alimentos y el agua. Como primera medida, se evitará el agregado de sal en las comidas, puesto que, como la sal ‘atrae’ el agua, cuanta más se consuma, más agua se retendrá.
¿QUÉ HACER?
Como suele ser habitual, los productos frescos son los mejores aliados. Los ultraprocesados contienen mucha sal de por sí (por eso, generalmente, no es necesario añadirles más en la mesa). Reducir las comidas fuera de casa también tendría que ser una medida a tomar. En los bares y restaurantes, el comensal no puede controlar cuánta sal se añade al plato y es algo común que sea una cantidad elevada, para potenciar el sabor de los platos. En algunos lugares se puede pedir que no condimenten con ese elemento la comida, pero no en todos es posible. No pasa nada por salir a cenar o a comer de vez en cuando (a no ser que el médico lo haya prohibido por completo), pero hacerse la propia comida es más seguro.
Si te ha interesado este artículo, y piensas eliminar la retención de líquidos seguro que también te puede interesar este sobre los beneficios de tener un huerto urbano en casa.