Después de este duro invierno la mayoría de nosotros estamos esperando deseosos la llegada del buen tiempo, el solecito, y esos preciosos paisajes que nos ofrece la primavera. Pero para los alérgicos al polen esta estación del año resulta una verdadera odisea. Un periodo de malestar que les impide descansar y disfrutar de los maravillosos días soleados de esta época llena de color.
Desde el mes de febrero y hasta el mes de junio muchas plantas, flores, hierbas y árboles polinizan como parte de su ciclo vital. Polen que, en algunas de estas plantas (especialmente arbustos y plantas silvestres), es transportado por el aire de una planta a otra. Al entrar en contacto con la nariz o boca de las personas alérgicas provoca una serie de reacciones físicas y químicas responsables de los desagradables y molestos síntomas de la alergia, producidos por un aumento de la histamina en nuestro cuerpo. Éstos se traducen en:
- Nariz: Inflamación caracterizada por estornudos, picor, congestión, secreción y obstrucción nasal.
- Ojos: Inflamación, más conocida como conjuntivitis.
- Boca y Oídos: Picor en paladar, garganta y oídos.
- Pulmones: Inflamación que produce tos, dificultad para respirar y, en algunos casos, crisis asmáticas.
La polinosis, que es como se denomina esta enfermedad alérgica, afecta aproximadamente al 15% de la población. Su aparición se suele producir entre los 10 y los 30 años, aunque nadie está libre de sufrir una polinosis a cualquier edad, pudiendo hacer su debut a edades avanzadas. Es más frecuente en las ciudades que en el campo ya que la contaminación de los centros urbanos potencia el efecto alergénico del polen.
El clima también es un factor clave en la aparición de los síntomas. A menudo son mínimos en los días de lluvia por un efecto de barrido atmosférico, así como en días nublados o sin viento. Por el contrario, los días secos, soleados y con viento provocan una mayor distribución del polen y, en consecuencia, mayores síntomas alérgicos.
Normalmente los alérgicos al polen suelen recurrir a los antihistamínicos, pero hay una gran variedad de remedios naturales que nos pueden brindar alivio sin los efectos secundarios típicos de los fármacos tradicionales, como el sueño y el cansancio:
- El consumo de cinco raciones de frutas y verduras al día nos ayudará a combatir las alergias.
- Los alimentos integrales contienen altas cantidades de vitamina E, la cual ayuda a disminuir sustancias inflamatorias responsables de los típicos síntomas de las alergias primaverales.
- La zanahoria contiene un antioxidante poderoso que ayuda a contrarrestar la inflamación y protege los tejidos. Además, el betacaroteno que contiene en el organismo se transforma en vitamina A, que protege las membranas mucosas, por lo que ayuda a reparar las membranas respiratorias dañadas por la alergia.
- Los frutos secos contienen magnesio, que ayuda a relajar la musculatura branquial lisa que permite y mejora la ventilación pulmonar.
- La ortiga bloquea los efectos de la histamina en las personas alérgicas al polen, ayuda a frenar y evacuar la producción de mucosidad y los ataques de tos producidos principalmente por la alergia al polen.
- El regaliz es una excelente ayuda en casos de rinitis, y se pude tomar en infusión o pastillas. Es capaz de inhibir a la histamina.
- El té verde contiene un compuesto que impide la producción de histamina, lo cual contribuye a disminuir y aliviar la reacción y los síntomas de la alergia.
- Los probióticos bloquean la producción de inmunoglobulina E (sustancia liberada por el sistema inmunológico en defensa a los alérgenos y que produce estornudos, mucosidad, etc.), por lo que ayudaría a disminuir la reacción alérgica y a aliviar los síntomas.
- La quercetina es un antioxidante natural que está presente en alimentos como la manzana, la cebolla roja y el vino tinto e impide la producción de histamina y de otros mediadores de la alergia e inflamación, mejora los síntomas respiratorios y molestias oculares asociados al proceso alérgico e incluso puede aliviar la migraña alérgica por su acción antiinflamatoria.
- La vitamina C es un antihistamínico muy poderoso que está presente en frutas, fundamentalmente en los cítricos, y ayuda a prevenir las alergias.
- La Cúrcuma, originaria de la India, favorece el bloqueo de inmunoglobulina E, previniendo o disminuyendo los síntomas de las alergias.
- La Eufrasia ayuda para combatir los síntomas oculares como el lagrimeo o los ojos rojos.
Por otro lado, también te ofrecemos unos consejos para prevenir la exposición y la reacción alérgica al polen:
- Utilizar humidificadores y aires acondicionados con filtro anti-polen en las habitaciones.
- Reducir las actividades al aire libre entre las 5 y las 10 de la mañana y las 7 y las 10 de la tarde, cuando las concentraciones de polen son mayores.
- Evitar cruzar por zonas verdes y parques de la ciudad.
- Evita salir a espacios abiertos en días de mucho viento.
- No abandonar la medicación aunque remitan los síntomas.
- Utilizar gafas de sol en los trayectos a pie.
- Evitar el transporte en bicicleta y moto, y en el coche no llevar las ventanillas bajadas.
- Ventilar la casa hacia el mediodía y mantener las ventanas cerradas el resto del día.
- Ducharse y cambiarse de ropa al volver a casa, ya que el polen se deposita en la ropa y el pelo.
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- Evitar humos, olores fuertes, cambios bruscos de temperatura.
- No dormir cerca de plantas o árboles.