Hay muchos motivos para realizar ejercicio físico. No todo se resume en tener un buen tono muscular. Sus beneficios van más allà de nuestro cuerpo. El ejercicio nos ayuda a estar más sanos física y psicológicamente.
El papel del ejercicio físico en la mejora del bienestar individual y social está siendo cada vez más importante en la medida que se incrementa el número de personas con problemas de ansiedad o depresión. El ejercicio aeróbico está asociado a reducciones en estas últimas. Su relación con el bienestar psicológico tiene un carácter correlacional más que causal. Los efectos de los ejercicios físicos tienden a ser más agudos que crónicos, y las personas dicen sentirse mejor inmediatamente después del ejercicio, efecto que suele permanecer durante varias horas.
El ejercicio físico ha demostrado tener un impacto positivo en una diversidad de esferas, como el fortalecimiento de la autoestima, el aumento de la sensación de control, la mejora de la autoconfianza y la mejora del funcionamiento mental. Se han sugerido explicaciones psicológicas, fisiológicas y sociales para las distintas formas en que el ejercicio físico mejora el bienestar psicológico.
La revista “Journal of Psychosomatic Research” ha publicado un estudio que revela que las personas sedentarias, son más propensas a sufrir depresión en comparación con aquellas que son físicamente activas. Tras leer esto nos plantearíamos, ¿qué actividad física es la más adecuada? ¿cuánto tiempo tiene que durar la actividad? ….. Pues según este estudio, solamente 8 minutos de una actividad física moderada puede reducir en más de un 90% las probabilidades de sufrir una depresión.
Y respecto a cuál sería el más adecuado, se recomienda siempre el ejercicio aeróbico que son ejercicios de media o baja intensidad y larga duración, donde el organismo necesita oxígeno para quemar hidratos y grasas y obtener energía, por ejemplo caminar 30 minutos todos los días a paso ligero o nadar regularmente.
Además de combatir la depresión y otros estados negativos de nuestra salud mental el ejercicio físico también favorece el sueño, siendo este más profundo y de mejor calidad; liberamos estrés obteniendo energía para nuestro día a día; al transpirar se elimina sodio, que en exceso puede tener efectos depresivos; aumenta la seguridad en uno mismo, afán de superación, paz emocional… También desarrolla la orientación, el ritmo y dominio del espacio y nos ofrece una mejor apariencia física y, por tanto, mayor seguridad y bienestar social.
Dado que el ejercicio físico está relacionado con esos cambios positivos, su práctica esta más que justificada. Cuidar de nosotros mismos es un acto vital que viene determinado por la cantidad de actividades que desarrollamos en nuestra vida diaria. Esto incluye cuidar de nuestra salud, pensamientos, actitudes, comportamientos, emociones, valores, necesidades biopsicosociales, bienes… Y el ejercicio físico es una buena rutina que nos ayudará a mejorar todas estas actitudes vitales para nuestro bienestar físico y psíquico.