Es una de esas verdades asumidas por el imaginario colectivo que no se cuestionan: el desayuno la comida más importante del día, que además tiene que estar compuesto por determinados alimentos. ¡Pero ha llegado el momento de desterrar ciertos mitos en pos de una nutrición más saludable!
Muchas de las creencias referentes a la nutrición que toda la sociedad asumía como válidas se han ido destapando como falsas. Para muestra, algunos ejemplos: que el limón en ayunas es bueno para adelgazar, que las vitaminas se evaporan del zumo de naranja cuando pasa el tiempo o que una copa de vino al día es beneficiosa para el organismo. Todas son falacias y, poco a poco, los avisos de los nutricionistas al respecto han ido calando en la sociedad, que ya no cree (tanto) en ellas.
Pero una de esas supuestas ‘verdades supremas’ sigue estando más que vigente y es la que tiene que ver con el desayuno. Si bien los componentes de lo que se supone que es un buen desayuno han ido evolucionando con el tiempo, que la primera ingesta es la más importante de la jornada, sigue siendo una afirmación categórica.
¿Cuáles son los desayunos más clásicos?
Se puede decir que, en Occidente, tenemos dos tipos de desayunos:
❍ Continental, o el clásico de España. Suele componerse de café con leche, tostadas o bollería y zumo de naranja.
❍ Anglosajón: más abundante. Huevos, beicon, salchichas, alubias con tomate, porridge y hasta patatas fritas. También con café o infusión y zumo.
Bajo el escrutinio de un médico, ambos modelos tienen muchos elementos reprochables, desde las grasas saturadas de la bollería o el beicon hasta el azúcar presente en muchos de los alimentos.
Aprender a desayunar
Para llevar una alimentación saludable, es importante no quedarse encallada en lo que consideras que es ‘como tiene que ser’. Esa actitud no solo es negativa para la salud (mantiene hábitos nocivos e ignora otros beneficiosos), sino que, además, también es aburrida.
La dietista nutricionista Raquel Bernácer, autora del libro Aprende a desayunar (editorial Amat), da en él información valiosa sobre esa primera parte del menú diario e ideas para salir de la monotonía de las mañanas. Hay vida más allá del café con leche, la pieza de fruta y los cereales integrales y pasa por tortillas de champiñones, burritos de atún y espinacas y muchas combinaciones más. “Mi consejo –dice– es que desayunes cuando tengas hambre y cuando puedas, asegurándote de que lo que comas sea saludable”.
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