¿Aún no sabes qué es ser “fofisano”?
Pues es la nueva moda en belleza masculina. Sí, después del metrosexual, el hipster o el lumbersexual (la versión urbana del leñador barbudo) ha llegado el “fofisano”. Una nueva manera de describir a los hombres que hacen ejercicio ocasionalmente, cuida su imagen, pero que no se priva de unas cervezas el fin de semana o de comer lo que les apetece. Es decir, hombres que dejan de cultivar obsesivamente sus abdominales en pro de una barriguita saludable.
Las últimas imágenes aparecidas en las redes sociales de estrellas de Hollywood de la talla de Leonardo DiCaprio, Ben Affleck, Seth Rogen o Jason Segel, mostrando sus incipientes barrigas con orgullo, han alentado esta nueva tendencia que reivindica la naturalidad del cuerpo masculino.
Pero no hay que viajar hasta Estados Unidos para ver “fofisanos”. A nuestro alrededor podemos encontrarlos por todas partes. De hecho los cánones de belleza masculina han cambiado notablemente en los últimos tiempos. Hace mucho que quedó atrás la moda del “metrosexual”, después de quedar patente que las mujeres prefieren hombres más naturales. Pasamos de sentirnos atraídas por imberbes y musculados efebos a volvernos locas por hombres de aspecto salvaje, aparentemente descuidado. Es decir, cambiamos de un extremo a otro, quizás por el extenuante y excesivo cuidado del “metrosexual”. Lo cierto es que ahora parece que hemos encontrado el término medio, esa mezcla entre hombre que se cuida pero que no pierde la cabeza por ello.
La creadora de este nuevo término, que en inglés se denomina “dad bod” (cuerpo de padre), es una estudiante de la Universidad de Clemson llamada Mackenzie Pearson que, un buen día, decidió escribir un pequeño artículo en la web “The Odyssey” sobre la atracción de las mujeres hacia el “dad bod”. Según asegura la joven el “cuerpo de papá” es lo que realmente atrae al género femenino, ya que las mujeres no sienten deseo por los hombres que viven por y para el gimnasio, sino por aquellos, suficientemente sanos, que resultan más naturales y humanos y que son capaces de pasar de una jornada entre mancuernas para disfrutar de una tarde de risas en el bar de siempre.
Aun así este nuevo fenómeno ya tiene una buena cosecha de detractores que critican los argumentos de Pearson a la hora de hablar de la atracción de las mujeres por los “fofisanos”. En palabras de Pearson, las mujeres prefieren a los “fofisanos” porque “queremos seguir siendo las guapas de la pareja”, porque “nos gusta seguir siendo el centro de atención” y “no queremos un tipo con el cuerpo perfectamente esculpido que nos haga sentir inseguras del nuestro”. Pensamientos que a muchos evoca a un retroceso hacia mentalidades de cáliz machista. Esa sensación de protección, de ir pisando sobre seguro es algo que está en la mente más que en el cuerpo. Con lo que no sólo un “fofisano” puede hacernos sentir únicas y especiales, cualquiera, sea flaco, gordito o un lozano musculado, puede hacerlo con amor y ternura.
De todas maneras esta nueva tendencia ha sugerido un nuevo mantra, una nueva filosofía de vida saludable sin agobios, ni obsesiones que se basa en aprender a ser felices con nuestro cuerpo. El “me encanta agarrar tus flotadores” se ha puesto de moda y ahora toca aceptar y celebrar el cuerpo sin pensar en las ataduras del espejo. ¿Tu también eres “fofisano”?