Las cremas solares son más que una mera protección para evitar las quemaduras producidas por una continua exposición al sol. Son el mejor producto antienvejecimiento que existe y un gran aliado para prevenir problemas mayores. A continuación, te explicamos todo lo que debes saber sobre la protección solar.
Hay que desterrar de una vez por todas el falso mito de que, si no usas protección solar, conseguirás un bronceado más rápido y más radiante. De hecho, todo lo contrario, porque, además de exponer la piel a graves consecuencias, el deseado bronceado nunca llegará si tu piel se quema y, como consecuencia, se enrojece y pela a los pocos días. Si bien es cierto que hay pieles con mayor o menor tendencia al bronceado, no es algo que el protector solar vaya a cambiar, pero sí lo hacen algunos alimentos que, con su consumo durante todo el año, ayudarán a conseguir ese bronceado. Por ejemplo, la zanahoria, el tomate, las frutas cítricas o las verduras de color verde son ricas en betacarotenos, un antioxidante que contribuye a una piel más bonita, sana y con un bronceado duradero.
La gran importancia de la protección solar
¿Sabías que el daño solar es acumulativo? Así es, la piel tiene memoria y guarda cada día que se enfrenta a la radiación sin usar ningún tipo de protección y lo que eso conlleva a largo plazo, es decir, el conocido como daño solar crónico.
Usar protección solar significa retrasar el envejecimiento prematuro de la piel, reducir el riesgo de padecer cáncer de piel, protegerla de las quemaduras solares y evitar la aparición de manchas, la hiperpigmentación, que tanto cuesta borrar.
Los beneficios del uso de las cremas solares van más allá de las meras quemaduras en la playa, por eso es tan importante usarlas cada día antes de salir de casa, pero también para ir a la montaña o incluso a la nieve en invierno. Además, se recomienda usar una crema específica para el rostro, ya que la piel es más sensible y necesita productos adecuados.
Hoy en día, muchos protectores solares faciales van un paso más allá e incluyen activos hidratantes y antienvejecimiento, lo que ayuda a lucir una piel más bonita y protegida día tras día.
CUIDADOS POSTERIORES De igual forma, la piel también debe tratarse una vez haya finalizado la exposición solar para poder calmarla y rehidratarla, uno de los efectos secundarios de las largas tardes de playa y piscina. Una loción aftersun es indispensable para aliviar e hidratar la piel, además de calmarla, en caso de haberse quemado.
Manual de uso de la protección solar
1 Elige tu textura favorita.
Hoy en día, hay una gran variedad de opciones que van desde la untuosa crema tradicional hasta lociones que son mucho más ligeras, aceites para las amantes de este formato o incluso protectores solares en stick para llevar en el bolso y reaplicarlos rápidamente.
2 Aplícalo siempre antes de salir de casa.
Este paso es fundamental durante los 365 días del año. Obviamente, en verano es aún más importante, ya que aumenta la exposición al sol de la piel tanto por el aumento de la radiación como por el uso de prendas que dejan la piel expuesta directamente, por lo que también se debe aplicar sobre el cuerpo.
3 La regla de las dos líneas.
A la hora de aplicarlo sobre el rostro, los expertos recomiendan aplicar la cantidad equivalente a dos líneas o dos dedos de producto. Esa es la cantidad perfecta para la cara.
4 La regla de los 30 minutos antes de la exposición y cada 2 o 3 horas
Así se debe aplicar y reaplicar el protector solar, sin olvidarte de hacer lo mismo después de bañarte, sudar o secarte con una toalla.
Ahora que ya conoces nuestro manual de uso de protección solar, te animamos a ver nuestro último post sobre los pasos para conseguir una piel perfecta.