Vuelven los platos de cuchara y las comidas reconfortantes, después de meses de ensaladas y comidas ligeras. Con la llegada del frío, cambian las apetencias y aquí encontrarás propuestas perfectas para esta temporada.
¿Sabías que…?
El otoño es, junto con el verano, la temporada de mayor recolección. De hecho originalmente, su nombre era «cosecha» o «estación de la cosecha» pero su apelativo cambio en el siglo XVI. Una de las curiosidades que trae esta temporada es que los tonos amarillos, naranjas y marrones de las hojas de los vegetales se deben a la cantidad de azúcar que poseen.
A continuación, te dejamos un menú de tres tiempos para que puedas disfrutar en casa.
CREMA DE REMOLACHA CON YOGUR Y ENELDO
Aunque la remolacha es ahora un producto habitual en la cocina –tanto como tubérculo como en sus derivados–, lo cierto es que no fue hasta el siglo XVI cuando empezó a consumirse su raíz en países como Francia y España. E incluso tardaría aún más en llegar a Alemania e Inglaterra. Pese a todo, sí ha estado presente en la gastronomía mediterránea desde la época del Imperio romano, aunque lo que se comían eran sus hojas, como se hace con las acelgas. En el siglo XVIII, Andreas Marggraf, un químico alemán miembro de la Academia de Berlín, descubrió cómo obtener azúcar sólida usando como base el zumo de la remolacha. Revolucionó el mundo de la cocina, aunque no se comercializó hasta el siglo XIX. Hoy en día, España es uno de los primeros productores de remolacha, junto a Japón o Chile. El pigmento de ese tubérculo también se utiliza para dar color a cosméticos.
Ingredientes:
4 remolachas
Yogur natural alteza
Eneldo
Aceite de oliva alteza
Sal
Elaboración:
❍ Riega las remolachas con un poco de aceite de oliva y hornéalas a 180°C hasta que su piel esté oscura.
❍ Pela las remolachas y córtalas en cuadrados. Ponlas en el triturador de cocina.
❍ Añade el eneldo, la sal, una cucharadita de aceite y el yogur.
❍ Tritúralo todo y tendrás una crema lista para servir, tanto templada como caliente.
‘NUGGETS’ DE PESCADO CON REBOZADO DE GARBANZO
Estos nuggets son una variante de los clásicos de pollo, que nacieron a principios de la década de los 60 del siglo pasado. Su inventor fue Robert C. Baker, un ingeniero agrícola de la Universidad de Cornell que encontró en ese formato la manera de aprovechar las partes del pollo que, por lo general, se desechaban en la cocina. Triturándolas y rebozándolas servirían de alimento, aunque no fuese la receta más sana, precisamente. Y su idea triunfó, porque ahora son uno de los platos de comida rápida más solicitados del mundo. Su inventor también fue el de las salchichas o la pechuga de pavo que se compra en la charcutería, en su afán de aprovechar lo máximo posible la materia prima avícola. Este formato no tiene por qué ser poco saludable por obligación y si los elaboras en casa con pollo de buena calidad o con pescado, ganan en nutrientes y son más ligeros que los ultraprocesados.
Ingredientes:
4 filetes de pescado blanco
Ajo
Perejil
Sal
1 limón
1 huevo
Harina de garbanzo
Aceite de oliva alteza
Elaboración:
❍ Trocea el pescado y ponlo en una fuente. Marínalo con sal, aceite y el zumo de limón.
❍ Rehoga la harina y añádele perejil seco, sal y ralladura de limón. Mézclalo todo.
❍ Haz pequeñas porciones y aplástalas para darles forma de hamburguesa.
❍ Bate el huevo y reboza el pescado con el huevo y la harina.
❍ Fríe los ‘nuggets’ en aceite abundante y bien caliente.
❍ Sácalos cuando estén dorados y colócalos sobre papel de cocina para que absorba el exceso de aceite. Listos para servir.
PAN IRLANDÉS
Este pan también es conocido como pan de soda, debido a que, en su elaboración, se utiliza bicarbonato sódico en lugar de levadura. La razón por la que es típico de Irlanda es la meteorología: el clima húmedo de la zona no es el más adecuado para el cultivo de las variedades de trigo que se suelen utilizar para la panificación, así que cuando, a mediados del siglo XIX, el bicarbonato sódico llegó al país, los cocineros decidieron innovar. Entonces, empezaron a utilizar este ingrediente en lugar de levadura, consiguiendo un pan denso, de sabor un tanto ácido y miga húmeda. En su lugar de origen, se sirve tanto como alimento único como de guarnición para otros platos. Es muy polivalente y se conserva bien.
Ingredientes:
250 g de harina de almendra
2 huevos
100 g de pasas sultanas
50 g de pipas de calabaza
2 cucharadas de vinagre de manzana alteza
2 cucharadas de miel alteza
1 cucharada de bicarbonato sódico alteza
Elaboración:
❍ Mezcla las pipas, las pasas y el bicarbonato en un bol. Añade la mitad de la harina y mezcla bien.
❍ Bate los huevos con la miel y el vinagre. Mézclalo todo y remueve. Añade el resto de la harina hasta adquirir consistencia.
❍ Coloca la mezcla en una bandeja de horno con papel vegetal y dale forma. Hornéalo a 180 °C hasta que esté dorado.
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