Comienzas el día cuidando tu aspecto y luciendo de lo más sano y saludable. Todo marcha bien, te dedicas a tu día, haces mil y una cosas hasta que… llegas a casa y te descalzas. ¡Horror! ¡Pero qué es esto…!
Efectivamente, el olor de pies no depende únicamente de tu aseo diario y de algunos cuidados que dediques a tus pies. Hay algunos factores que pueden alterar la salud de nuestros pies y, aunque no son graves, es mejor tenerlos controlados y mantener a raya estos pequeños problemas que conllevan.
Tus pies trabajan tanto como tu a lo largo del día. Y, a veces, están tan ocupados que transpiran de una manera más intensa, produciendo mal olor. Pero ¿por qué nos huelen?
Hay ciertas bacterias que viven a sus anchas en tus pies, han encontrado el hogar perfecto para ellas: Les encantan los lugares húmedos y oscuros, como el método de transporte de tus pies: los zapatos. Estas bacterias han elegido una vida perfecta en un lugar perfecto para ellas, unos magníficos y húmedos pies de cualquier edad, que además no dejan de transpirar permitiendo que estas bacterias se multipliquen (sí, por desgracia se multiplican con la transpiración).
Llegados a este punto, la otra gran pregunta es: ¿Pero cómo evitar que las bacterias se enamoren de nuestros pies y decidan venirse a vivir con ellos?
Cuando las bacterias ya están conviviendo con nuestros pies, comienza el festín de verdad. Empiezan a multiplicarse gracias a la transpiración; se invitan las unas a las otras a alimentarse de las células de la piel muerta de tus pies, así como de los aceites que segregan. Cuando el festín está en su punto álgido y las colonias comienzan a crecer y a eliminar deshechos empieza la pesadilla del mal olor. Y es que estos deshechos están compuestos por ácidos orgánicos que desprenden mal olor.
Hay más. Hay pies que trabajan y sudan mucho convirtiéndose en un hogar muy codiciado por la bacterias. En especial por la bacteria Micrococcus Sedentarius. ¡Sendentarius! ¡Asusta que se quiera quedar a vivir! Esta bacteria es un poco peligrosa frente al problema del olor de pies ya que además de producir ácidos orgánicos, también genera una sustancia más potente y con peor olor, el denominado “compuestos de sulfuro volátiles”.
Hay algunas recomendaciones que ya conoces y que debes seguir a rajatabla:
- Mantén tus pies limpios.
- Sécalos bien.
- Usa zapatos que no te aprieten, ya que esto puede ocasionar que te suden más los pies.
- Cambia de calzado, alterna tus zapatos.
- No te olvides de usar plantillas lavables o cambiarlas asiduamente.
- Usa calcetines que sean adecuados y absorban la transpiración dejando tus pies respirar (lanas, algodón y otros tejidos especiales en esta prenda). No olvides cambiar de calcetines si están sudados.
- No uses calzado de plástico puesto que no deja que tus pies transpiren.
- Intenta dejar cada día tus pies descalzos y si puedes ¡regálales un estupendo baño!; Si en invierno eres de los que duermes con calcetines porque eres friolero… intenta superarlo. Tus pies también quieren descansar y “respirar” por la noche.
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